Me presento
Mi nombre es Katrina y desde niña solo veo colores a mi alrededor. Siempre me gustó dibujar, de hecho más colorear y hacer composiciones. Esto lo llevé al textil, quise aprender a coser ropa y tejer como mi madre, entonces me di cuenta de que quería ser diseñadora. Con el paso del tiempo, esto lo descarté y estudié ingeniería agrícola donde aprendí de agricultura y jardinería. Aquí entré en contacto con la naturaleza y vi todo lo que esconde una planta, también pude ver una parte del diseño de jardines y me volvieron las ganas de diseñar y hacer algo propio. Durante este periodo, un día cogí una aguja de crochet, allá por 2011 y empecé a aprender, nunca más la abandoné. Descubrí que era una manera única de expresarme y de plasmar mi visión. Cree entonces El Ovillo Amarillo y de ahí evolucioné a didibú. Mientras tanto, me dedico también a la producción de vino, forma parte de mi, pero la niña que llevo dentro nunca se fue, me siguen gustando las animaciones, la creación de personajes, el imaginarme mundos, escenarios y el crear historias. En estos último años me he formado en interiorismo, me gusta llevar a la realidad esos espacios que se crean en mi mente y es una herramienta más que me sirve para seguir alimentando mi creatividad y hacer crecer esta marca.
¿Por qué didibú?
Porque considero que nunca hay que dejar de imaginar, de crear, de jugar. Ser en este aspecto infantiles, es una virtud. Tomarse la vida con menos seriedad y viviendo más el momento como cuando niños, con espontaneidad y alegría, descubriendo y aprendiendo. Me encanta mantener algo de esto y seguir en contacto con la infancia. Ver jugar y reír a los niños, ver sus travesuras y la inteligencia que hay detrás de su inocencia, es algo que me fascina cada vez más. Si puedo aportarles algo, una nueva historia que crear, un nuevo compañero con el que sentirse protegidos y con el que no estar solos e incluso adentrarlos en un mundo imaginario, esto me hace feliz y pienso que a ellos también. Una infancia feliz crea adultos felices. Ahora como adultos tenemos esa responsabilidad, entonces sigamos jugando y mejor si es junto a ellos.
¿En qué me baso?
Para mis diseño me baso en la naturaleza, en lo cotidiano, en el hogar, en lugares que me inspiran, en cuentos, películas y siempre busco que tengan un toque alegre a la vez que tiernos. Me gusta trasmitir calma pero también diversión, por eso no es de extrañar que en alguna ocasión añada más color o cree personajes más pintorescos o traviesos.
Por otro lado, la magia siempre ha estado presente en mi y es algo que lleva alimentando mi imaginación toda la vida. Hoy día la busco en los pequeños detalles y en mi misma. Pienso que todos tenemos el poder de crear cosas increíbles y que todo contiene una magia especial.